Con la multitudinaria y Solemne Procesión del día 8 de Septiembre, concluía el gran «día de la Sierra», que se iniciaba a tempranas horas con los populares pasacalles de la Diana que interpretaba la Banda de Música de Cabra, acabando a puertas de la Parroquia de la Asunción, donde, a las diez y media, el Vicario Episcopal de la capital cordobesa, el egabrense Jesus Poyato Varo presidía la Solemne Función Religiosa, concelebrada por los párrocos y sacerdotes de la localidad. El centro filarmónico armonizó la ceremonia, con un repertorio en el que no faltaron las tradicionales composiciones dedicadas a Nuestra Patrona.

Mientras tanto, la Bandera de la Virgen recorría las calles antes de que a las doce se oficiara la tradicional misa que lleva su nombre.

Ya en la tarde, a las ocho y media, la Banda de Cornetas y Tambores «Coronación» de Campillos,  daba inicio a un cortejo procesional conformado por miles de devotos alineados en interminables hileras de velas, que se fueron sumando al mismo toda vez que las numerosas representaciones de cofradías, filiales, romerías, precedidas por el tambor y la bandera, salían de forma ordenada y solemne, esta vez desde el mismo interior del templo. La Archicofradía agradece a todos los participantes la colaboración prestada con la nueva organización de la procesión, cuyo cortejo se conformó y ordenó en la acera de la Puerta de Capuchinos, para tras pasar ante las plantas de Nuestra Madre, salir por la puerta principal de la iglesia. Igualmente, muestra su agradecimiento a los costaleros de la Virgen, que también han reordenado su disposición para no formar aglomeraciones ante el caminar de las andas, haciendo un pasillo lateral de escolta de las mismas.

Precedida por acólitos portando ciriales e incensario, la Divina Serrana aparecía reluciente en sus andas de plata, flanqueada por cuatro grandes piñas de nardos y luciendo el maravilloso terno rojo o carmesí bordado en oro, la corona de la Coronación y sus mejores alhajas.

Cerraba la procesión el Clero, Corporación Municipal y la Banda de Música de Cabra.

Entre vítores y aclamaciones, contemplada por miles de personas a lo largo de todo el recorrido, la Virgen de la Sierra recibió los habituales homenajes cantados en el Centro Filarmónico Egabrense y en el Ayuntamiento, donde Carmen Cuenca entonó la Salve Popular. Minutos después de la media noche, tras la quema de una espectacular colección de fuegos de artificio, alumbrada por vengalas mientras miraba hacia su pueblo,  la Virgen regresaba al templo tras una memorable procesión.

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