La estatura de esta Imagen es algo menos que la natural. Su rostro es agradable, su frente espaciosa y serena; su nariz agraciada, su boca muy pequeña y perfecta; sus ojos azules o garzos, pintados, que parece miran con expresión amorosa.

El color de su rostro es blanco en extremo y algo sonrosado; la barba, muy graciosa; las manos pequeñas y del mismo color del rostro y garganta, y todos sus miembros muy proporcionados y conformes entre sí.

Su vista infunde un gran respeto y veneración, pues parece que la envuelve un no sé qué de misterioso y sagrado que dispone santamente al ánimo e inspira al que la contempla los más elevados y celestiales pensamientos.

NARCISO GARCÍA MONTERO

La imagen de Nuestra Señora de la Sierra corresponde a la tipología iconográfica de la Virgen en Majestad que simboliza la maternidad divina de María. Se muestra en una postura hierática, regida por la frontalidad, boca pequeña, nariz recta y fina, y ojos grandes de color azul verdoso, siendo la expresión de su rostro y su mirada serena lo que cautiva.

De talla completa y tamaño menor que el natural representa a la Madre de Dios de pie, cubierta con túnica roja y manto azul ceñidos a la cintura, siguiendo en la policromía la línea tradicional del estilo gótico, y mostrando uno de sus pies calzado bajo los pliegues.