Tras haber vivido unos emotivos y entrañables días en la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro durante la visita de Nuestra Señora de la Sierra a dicho templo, y después del -de nuevo- multitudinario traslado de vuelta vivido en la noche de ayer 1 de octubre, es la Subida de la Virgen la que cobra protagonismo, poniendo así punto y final a la estancia de Nuestra Patrona en Cabra. Son días de cierta tristeza porque se acaba la cercanía física de Nuestra Madre, pero de alegría y satisfacción por el intenso mes vivido y porque Ella vuelve a su Santuario, siendo faro y protección de toda la comarca.

El viernes día 3, tras la misa de las ocho de la tarde, ofrecida por la Hermandad de San Rodrigo Mártir y Costaleros de la Virgen de la Sierra, será la Procesión Claustral del Santísimo Sacramento por las naves y capillas del templo de la Asunción, concluyendo con Solemne Reserva.

El sábado, también  tras la misa de las ocho de la tarde, comenzará el Rosario de Despedia, que será cantado un año mas por el Centro Filarmónico Egabrense.

Y el domingo, tras la misa de las seis de la mañana,  se producirá la salida de la Divina Serrana en sus andas de viaje hacia su Santuario, con el tradicional recorrido urbano (Mayor, Plaza Vieja, José Solis, Nicolas Albornoz, San Marcos, (despedida de la Banda de Música), Avenida de Andalucía (despedida del Asilo de ancianos), San Fernando, Parroquia de San Francisco y San Rodrigo (Canto de la Salve y recogida de la vara de Alcaldesa),  Acera Mio Cid, Ramón y Cajal y llegada al Paso a Nivel. Tras volver su mirada hacia el Hospital y colocarse los «cordeles», se iniciará el duro y rápido ascenso hacia el Picacho. A la llegada al Santuario, se celebrará Sagrada Eucaristía.

De esta forma volverá la Virgen de la Sierra a presidir su camarín. Allí nos espera durante el resto del año, más si cabe en este Año Jubilar,  durante el cual la  «Casita Blanca» recalcará su condición de destino y punto de peregrinación.